El Salvador ELIGE Y TRANSFORMA

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Votación El Salvador
Tu voto es una de las herramientas más poderosas para generar cambios.
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En 1930, fue el último año que los salvadoreños pudieron votar a su presidente de forma transparente y sin miedo. Después de regímenes militares y años de guerrilla, finalmente, en 1991 hubo elecciones con un sentido de libertad y paz. De ahí la importancia del voto en el país y seguir trabajando, con participación ciudadana por una democracia fortalecida.

El domingo 28 de febrero de 2021, El Salvador tiene elecciones para los siguientes cargos:

  • 84 diputados de la Asamblea Legislativa
  • 262 alcaldes y 262 síndicos
  • 1,424 regidores
  • 20 diputados del Parlamento Centroamericano

Economía y sociedad

El Salvador tuvo un ligero crecimiento económico en 2019 al alcanzar un PIB de 2.3% y también una reducción en la pobreza al disminuir su tasa del 39% en 2007 a 29% en 2017. Es reconocido como uno de los países más igualitarios en el mundo y el segundo con mayor igualdad en América Latina (Banco Mundial, 2020).

Pandemia por COVID-19

Como en todo el mundo, la pandemia ha tenido un impacto negativo en El Salvador, a pesar de que el país adoptó prontamente medidas de salud y seguridad, y que es uno de los  países con mejores cifras de contención de la región, la economía no ha estado exenta de sufrir las consecuencias del encierro. En 2020, se esperaba que el PIB de El Salvador se contrajera un 8.7% incrementando el crimen, violencia y provocando un decrecimiento económico en general (Banco Mundial, 2020).

Estos factores son parte de las razones por las que muchos salvadoreños migran, cabe destacar que casi 20% de la población nacida en ese territorio vive en el extranjero (más de 1.5 millones de personas) (Banco Mundial, 2020). Aunado a los retos pandémicos, económicos y de seguridad, el país es uno de los más vulnerables al cambio climático, lo que profundizará situaciones de precariedad, violencia, actividades productivas y migración en la región.

Riesgos climáticos y naturales

El Salvador es prueba irrefutable de la existencia y amenaza que el calentamiento global representa para la humanidad y los ecosistemas. Dentro de su última Comunicación Nacional (MARN, 2013) ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, el país apuntó tener registro de alteraciones en el régimen de lluvia, que se ve reflejado en temporadas prolongadas de sequía que aquejan particularmente al sector agrícola y a la población rural.

Por su parte, el IPCC (2018) considera que, incluso limitando el aumento de temperatura a dos 2°C, la región centroamericana sufrirá impactos importantes en la productividad de los campos de maíz, arroz, trigo y otros cereales. Estas actividades económicas son de vital importancia para la zona y su baja producción incrementará situaciones de pobreza e inestabilidad social – factores que orillan a las personas a migrar.

El aumento del nivel del mar es otro impacto del calentamiento global de gran relevancia para El Salvador, pues se prevé que el país pueda perder entre 10% y 28% de su territorio para antes del 2100, esto afectaría a un 30% de la población que también es vulnerable a  la ocurrencia de huracanes y tormentas tropicales.

Con las tendencias actuales, la biomasa del bosque tropical centroamericano se reduciría en un 40%, lo que provocaría serios desequilibrios ecológicos en los ciclos de lluvia, así como pérdida importante de biodiversidad.

Realidad política actual para crear resiliencia y sustentabilidad

En las últimas tres semanas, El Salvador ha reportado un decrecimiento de nuevos contagios de un 43%. Esto lo ha logrado por una pronta respuesta ante la pandemia global con el cierre de escuelas a nivel nacional, el cierre parcial de algunos sectores económicos, restricciones para salir de casa y la prohibición de entrada a personas provenientes de países identificados como de alto riesgo, así como monitoreo de llegadas (Reuters).

El Salvador se sumó al “Plan de Recuperación, Reconstrucción Social y Resiliencia de Centroamérica y República Dominicana” que pretende construir una ruta en común para sus firmantes, con miras a recuperarse rápidamente del impacto económico y laboral de la pandemia (OIT, 2020).

Con la ratificación del Acuerdo de París en 2017, El Salvador también confirmó su Contribución Nacionalmente Determinada como parte de sus compromisos globales para combatir al cambio climático. La priorización de acciones dentro de los mismos hace referencia a la formulación de una ley de cambio climático, de ordenamiento territorial y otras relativas a recursos hídricos, agricultura, restauración de ecosistemas, salud y transporte.

El Salvador es un país que hace un mínimo aporte a las emisiones globales de gases de efecto invernadero, no obstante, es uno de los más vulnerables al impacto del cambio climático, por lo que se hace preponderante que tanto el gobierno nacional como instancias de cooperación internacional trabajen en definir los principales impactos y estrategias para reducir la vulnerabilidad territorial y social de El Salvador.

Tu voto es una de las herramientas más poderosas para generar cambios. 

Infórmate, difunde y decide como si nuestro mundo dependiera de ello, porque así es.

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