Sofía Guerra Sagasti, tiene 23 años y vive en Quito, Ecuador. Es Licenciada en Artes Liberales (Ciencias Sociales) y Relaciones Internacionales, por la Universidad San Francisco de Quito.
Desde muy joven, la vida de Sofía Guerra Sagasti ha estado marcada por una profunda conexión con el medio ambiente, influenciada por su madre, quien estudió Derecho Ambiental.
“La pasión de mi madre por la sostenibilidad se ha convertido en el motor de mi compromiso personal”, Sofía Guerra Sagasti.
Ésta es la historia de Sofía Guerra Sagasti, finalista de Operación COP 2024.
¿CÓMO NACIÓ TU INTERÉS POR LOS TEMAS AMBIENTALES Y CLIMÁTICOS?
Recuerdo vívidamente la primera vez que escuché sobre la COP (Conferencia de las Partes) cuando Greta Thunberg pronunció su discurso emblemático. Desde entonces, participar en esta conferencia ha sido un sueño ardiente que persigo con determinación. La crisis climática que enfrentamos es una realidad apremiante, y es imperativo repensar nuestro modelo económico contemporáneo, que ha demostrado ser insostenible. Para abordar esta crisis, debemos asegurarnos de que los actores con una visión crítica y soluciones sostenibles tengan voz en los espacios de toma de decisiones.
¿QUÉ MENSAJE TIENES PARA LOS LÍDERES POLÍTICOS Y EMPRESARIALES?
El modelo económico contemporáneo es insostenible. Es indispensable repensar el sistema para encontrar una salida a la crisis climática; para ello, es necesario que en los espacios de toma de decisiones participen actores que tengan una mirada crítica sobre los problemas contemporáneos y puedan aportar con soluciones sostenibles. Por ejemplo, las comunidades indígenas deben participar de forma activa en la toma de decisiones por su conocimiento ancestral en áreas claves para el desarrollo, como la agricultura.
¿CÓMO IMAGINAS TU PAPAEL EN LA COP 29 Y QUÉ TEMAS TE APASIONA MÁS DEFENDER?
Hasta el momento mi participación ha sido lateral. Una vez que pueda participar en las reuniones con mi equipo de negociación, busco aportar de manera positiva con mi mirada decolonial y feminista a los temas solicitados. Los temas que más me apasionan son adaptación y pérdidas y daños, y ACE.
¿DE QUÉ MANERA LA PARTICIPACIÓN JUVENIL EN AMÉRICA LATINA PUEDE IMPACTAR EN ALS NEGOCIACIONES CLIMÁTICAS GLOBALES?
América Latina comparte realidades únicas que nos unen como región. Por ello, la juventud latinoamericana tiene la responsabilidad de representar los intereses no solo de sus propios países, sino de toda la región. Es esencial identificar las prioridades de negociación para aprovechar nuestra posición y negociar desde un lugar de poder.
¿Cuéntanos de alguna experiencia transformadora en tu activismo?
Una experiencia transformadora que marcó mi vida fue una visita de campo a una comunidad kichwa en la Amazonía ecuatoriana durante una de mis clases de antropología. Este encuentro transformó mi entendimiento de la relación entre los seres humanos y la naturaleza. Aprendí que muchas soluciones a la crisis climática están arraigadas en el conocimiento ancestral de estas comunidades.
Sin embargo, debo ser honesta: no tengo una visión optimista del futuro. Si la política climática no se vuelve más estricta y decidida, es probable que enfrentemos crisis devastadoras, como las guerras que ya azotan regiones como Sudán.
¿CUÁLES SON TUS PASIONES O HOBBIES?
Además de mi compromiso con el medio ambiente, tengo pasiones que enriquecen mi vida. Disfruto de la lectura, especialmente en el género de fantasía, y me mantengo activa haciendo pilates cinco veces a la semana. Siempre que tengo la oportunidad, me gusta explorar reservas naturales y conectar con la biodiversidad. Mi amor por el trabajo comunitario me llevó a ser mentora en CISV, donde tuve la fortuna de trabajar durante un año con un grupo de niños de 10 años, compartiendo valores de sostenibilidad y cooperación.